Por dos p... cremas
Cifuentes no ha caído por el máster falso.
Cifuentes no ha caído porque para salvarla a ella
una universidad falsificara un documento público.
Cifuentes no ha caído por mentir.
No, Cifuentes ha caído por dos cremas de 20 euros la
unidad.
Al final siempre es la anécdota.
El nivel de exigencia es este. Miente tanto como quieras,
pero que no se te pase por la cabeza llevarte dos cremas.
Ojo, que llevarte dos cremas que no son tuyas por y
para la cara no sólo es feo sino que es delito.
Un delito menor, pero un delito.
Ahora bien, tenemos que agradecer al caso Cifuentes que
nos haya permitido seguir en directo y en tiempo real el funcionamiento de la
política y los medios de comunicación del primer cuarto del siglo XXI.
Cuando estalló el caso, Cifuentes lo negó todo y
respondió atacando.
Con un tono muy convencido, vehemente y haciéndose la
ofendida, nos mostró documentos.
Lástima que no tenían nada que ver con los documentos que
se le exigían.
Le pedían el trabajo final y constaban como aprobadas
asignaturas cursadas antes de que ella se matriculara y ella apareció
en el hemiciclo de la Asamblea de
Madrid documentando que se había matriculando y que tenía las notas finales.
Hombre, sólo faltaría que no se hubiera ni matriculado y que
no tuviera ni las notas, cosa que, por otra parte, no quería decir que no se
las hubieran regalado, como quedó demostrado posteriormente.
Pero eso eran los cacahuetes porque ella, sin
demostrar nada, ya había creado una verdad paralela. Ya había creado un relato
alternativo al real que le permitía resistir.
Y los medios de comunicación amigos ayudaron cerrando
filas y apoyándola.
Había que ganar tiempo para poder separar el partido del
escándalo y dejarla a ella sola bajo el foco.
Después ya la harían caer.
El problema es que la mentira era tan grande que
Cifuentes tuvo que ir dando varias versiones a medida que aparecen nuevas
informaciones y la gestión del tiempo se complicó.
Hasta hoy, día en que los suyos han filtrado a la prensa
amiga un vídeo grabado hace siete años y guardado desde entonces por uno
de los suyos en un cajón.
Rajoy ya no ha tenido que hacerla
dimitir, no ha hecho falta.
Lo han conseguido unas cremas de 20 euros el potito y la mala es ella y 100%
ella y no el partido.
Hoy todo el mundo habla de Cifuentes y nadie habla del
PP.
Y el partido vende un argumento-humo absurdo, pero que
consuela muchos a sus hooligans:
lo ven, gracias a la dimisión de Cifuentes, hemos evitado un gobierno de
izquierdas con estos de Podemos,
que son una gentuza comunista que no se ducha.
Un partido donde no ha dimitido nadie por haber pagado
las obras de su sede central con dinero negro, ni por haber cobrado
sobresueldos en negro, ni por haber hecho orinar a 300 mastersauros encima del disco
duro de Bárcenas (donde
previamente habían saltado los 300 animalitos), hoy ha dimitido Cristina
Cifuentes por dos putas crema.
De 20 euros la unidad.
Este es el precio de la decencia y la ética
política.
Iu Forn
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