Confusión, desesperanza. ¿Un nuevo "98"?
España hoy es vista en el mundo de
modo muy distinto a como era hace pocos años.
De verse como un país moderno pasó a
un estado represivo y en crisis.
Así lo muestran los grandes medios de
comunicación del mundo, europeos, anglosajones o las cadenas del campo árabe y
musulmán.
¿Es una imagen cierta? Depende.
Según algunos
medios, fundamentalmente radicados en Madrid, lo que vemos es que el problema
que preocupa es una crisis política y de moral pública en esa comunidad
autónoma.
Pero si leemos otros medios,
fundamentalmente radicados en Cataluña y escritos en catalán, el problema es la
crisis de un estado que ha dejado de ser democrático.
¿Cuál es la visión de la realidad
española más acertada?
Basándome en los hechos de los últimos
meses entiendo que la segunda, que el Reino de España es una democracia
fallida.
Su actuación en la represión en
Catalunya.
Pero el arco vivido en estos años se
resume en la permanencia del Valle de los Caídos y una peculiar ONG, la
Fundación Francisco Franco, o atendiendo a como la extrema derecha franquista,
que combatió la misma Constitución, acabó por ocupar las instituciones y
poderes del estado.
Llega a la caricatura ver a los
militantes de Fuerza Nueva y organizaciones franquistas al frente de la Guardia
Civil, en la más alta judicatura, en los ministerios, en la misma presidencia
del Gobierno.
Es la apoteosis biológica del
franquismo.
La verificación de la tesis de M.Rajoy
de que los hijos de buena estirpe son mejores y se merecen el poder.
Pero el
análisis de lo ocurrido hace apenas unos días resume toda la mentira y el
fracaso de la soberanía misma del estado. M.Rajoy, que previamente había creado
una grave crisis impugnando el estatuto catalán y no dejando salidas ni margen
al diálogo, tenía la pretensión de destruir el catalanismo político.
Para acometer algo tan grave como la
eliminación del autogobierno y la ocupación de la Generalitat que había
regresado del exilio en 1977, decidió hacerlo de modo interpuesto, utilizando a
la Justicia como instrumento ejecutor.
E igualmente hizo esa
instrumentalización de la policía.
El resultado de esa estrategia basada
en la cobardía es la politización, la reideologización franquista y el
descrédito tanto de la Justicia como de la Policía Nacional y Guardia Civil.
Por mucho que
la mayoría de los españoles se alimenten de televisiones, radios y prensa al
servicio de la estrategia del Gobierno y el IBEX, es imposible que a estas
alturas no intuyan que se le están ocultando cosas y que tanta mentira
desvelada y tanto desmentido falso ocultan un estado podrido de arriba a abajo.
Basta que se cuelen en esos medios,
que son una cárcel para la ciudadanía, alguna noticia en letra pequeña como,
por ejemplo, que la Guardia Civil engañó al tal juez Llarena, quien mantiene
presas a personas inocentes desde hace meses en base a pruebas amañadas.
Finalmente, M.Rajoy tras el burladero,
contempla como se despeña la Justicia y la policía.
Mientras reina la confusión y la
ansiedad en una sociedad tan débil.
La realidad es que la persecución de
las libertades y la suspensión de la legalidad ocurridas bajo la cobertura del
155 se hicieron en un momento de vacío político en Europa, con Alemania sin
gobierno y en víspera de elecciones, y que Alemania ha vuelto y que el
conflicto entre el estado y la Generalitat es un serio problema para la Unión
Europea.
Merkel le ha exigido a M.Rajoy que se
desdiga de su estrategia de destrucción política y permita una salida pactada
al conflicto.
Y así el mismo
Gobierno que animó, con la Fiscalía a su servicio, a jueces a actuar como
policías los dejará caer ahora en su propia trampa, ahí está Llarena al frente
de una instrucción delirante, del mismo modo que deja la imagen de la Policía
Nacional y la Guardia Civil como policías políticas contra la ciudadanía.
En un par de
meses es posible que veamos la foto de M. Rajoy y Puigdemont dándose la mano,
como resultado de la presión europea.
Pero en el camino, además del
vergonzoso saqueo de empresas a una comunidad, de ciudadanos indefensos
golpeados, multados, presos, de la criminalización de millones de catalanes día
tras día en los medios de comunicación…, quedará el estado totalmente
desprestigiado.
Hoy cualquiera tiene motivos para
sentir desconfianza y miedo ante los jueces y las policías. Y, también, ante
unos medios de comunicación que actúan como armas al servicio de sus amos.
Mentiras y
mentiras para matar la verdad.
Finalmente podemos saber que no hubo
más de cuatrocientos policías heridos al golpear cabezas de catalanes sino que
solamente once fueron atendidos en los servicios sanitarios.
Que los millones de euros de dinero
público que supuestamente gastó la Generalitat en el referéndum también eran
falsos.
Que los famosos “bots” rusos al
servicio del independentismo que descubrió el “prestigioso” Instituto Elcano y
El País eran falsos y más bien existía lo contrario, según un informe imparcial
del parlamento británico.
Que el anunciado desplome de la
economía catalana no se dio, como reconoció quien lo había anunciado,
CaixaBank, y que ocurrió lo contrario…
Todo mentiras.
¿Pero toda esa
corrupción democrática sumada al saqueo del estado y los recortes sociales
conducirá a una crisis de estado? No lo creo.
Sólo una crisis profunda y un nuevo
proceso constituyente darían lugar a un estado democrático, pero creo eso no
ocurrirá.
La sociedad española no tiene fuerza
para regenerarse y asumir su destino, cuando la sociedad catalana lo hizo
contempló esa rebelión cívica con preocupación y miedo: “esos catalanes
despertarían al nacionalismo excluyente español”.
Efectivamente, ese españolismo
excluyente al servicio de una oligarquía cortesana incapaz de crear riqueza y
que se alimenta de los demás es quien nos gobierna, pero los españoles no
tienen fuerza para rebelarse y sólo temen “que vuelva lo de antes”.
Lo que nunca se fue y sigue ahí
acechando.
La prueba de
esa debilidad extrema es el PSOE de Pedro Sánchez, quien, para no perder el
sillón, es la máscara de Susana Díaz, González y Guerra, y, dentro del
Tripartito del 155, el chico de los recados de M.Rajoy.
Ciudadanos es lo que califica
adecuadamente “La Semaine du Roussillon”, un partido de extrema derecha, pero
encuentra simpatía creciente en una sociedad que vive en una inopia mediática.
¿”Podemos”?
Simplemente se descalifican solos ante
un electorado y, lo que es más grave, ante una ciudadanía que necesitaba y
deseaba un cambio político pero también otra política que trajese una nueva
moralidad.
Sus conspiraciones, su modo de dirigir
centralista y jerárquico, sus permanentes disputas por poderes internos que es
lo que los hace protagonistas y no sus iniciativas políticas crean una desazón
creciente a sus seguidores.
Me gustaría
anunciar otra cosa pero creo que, efectivamente, el estado español, tan altivo
e implacable con los débiles que tiene dentro, sean catalanes, ciudadanos que
pitan el himno borbónico, se burlen o denuncien chanchullos de la monarquía o
del Gobierno…, en realidad sólo obedece las órdenes que le llegan desde fuera.
Ésa es su verdadera realidad, el
emperador está desnudo.
Pero, además, sus súbditos son
incapaces de tomar el poder.
Salud. Y
república.
Suso de Toro
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