L’odi no ho justifica tot


De fet no justifica res.
No ho justifica perquè des de l’odi només es pot destruir, és impossible construir. Per construir cal complicitat, ajut, cooperació, esforç compartit. Tots aquests conceptes, sense excepció, són contraris a l’odi. La conclusió és òbvia, des de l’odi no es pot fer, només es pot desfer el que han fet els altres o un mateix.
L’odi és permanent i profund; la ira, passatgera.
La pregunta que sorgeix a l’acte és: produeix plaer odiar? Suposant que sí, no és aquesta una satisfacció amarga? No té el gust del fel que no fa res més que incrementar l’enuig i accelerar el cercle viciós de l’odi? A on acaba això? A on porta l’amargura del propi fracàs? Perquè l’odi és un fracàs, el fracàs de no poder acordar.
L’única alternativa per mantenir-se en aquesta dinàmica és no pensar, embogir en la pròpia bogeria, no parlar amb qui no pensa com un mateix, ignorar-lo, o no fer-ho per insultar-lo, desqualificar-lo i autojustificar-se amb els que pensen igual que un mateix. Ratificar-se en l’error.
Avui l’odi és una arma política potent. També ho ha estat en el passat, però ho havíem oblidat. Si l’odi està lluny de la racionalitat, cal atiar-lo des de la passió, el sentiment i la simplicitat: els jueus ens volen mal, els immigrants ens robaran la feina...
Aquest sentiment té un origen en l’enveja i en la por; una i altra, manipulades, porten a l’odi. Havíem pensat que la facilitat de comunicació faria avançar el món. Si es pot parlar, és possible comunicar, el món anirà millor perquè evitarem els malentesos, podrem debatre i s’haurà d’acceptar la responsabilitat del que es diu.
L’home de manera natural tendeix a l’empatia, per això parlar sempre millora les relacions, perquè les discrepàncies s’escurcen i les coincidències s’eixamplen, però perquè això passi cal la presència, la identificació individual. Això és un fet, però quan és possible expressar el que es vulgui des de l’anonimat de les xarxes, la comunicació esdevé irresponsable, i des de la irresponsabilitat és fàcil odiar i actuar des de l’odi, perquè no cal donar compte del que es diu i per què es diu.
L’anonimat és destructiu perquè no té límit, no hi ha mesura, no hi ha responsabilitat. És una paradoxa, l’abundància de comunicació des de l’anonimat incrementa l’odi.
Joaquim Coello

Ubicación: San Andrés de Llavaneras, Barcelona, España

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