Carta a Ines Arrimadas

Hola Inés, hace días que siento la necesidad de escribirte esta carta, para compartir contigo y tu partido mi opinión acerca de todo lo que está pasando. Como cap de l’oposició, representas a varios miles de catalanes y por tanto, creo que debes escuchar atentamente diversas opiniones de los diferentes ciudadanos de Catalunya e intentar quedarte con algo de cada una de ellas.
            Normalmente te escucho decir que toda la culpa de lo que se está viviendo la tiene el senyor Puigdemont. Y es cierto que, en estos momentos, es él (como presidente de la Generalitat) quien está “conduciendo” el llamado procés hacia su objetivo final: la creación de una nueva República.
            Entiendo que, como cap de l’oposició, está entre tus obligaciones cargar contra Puigdemont, aunque me parece algo simplista (e irresponsable) no querer ver que, detrás de esa figura, hay todo un movimiento social que reclama esa nueva República y que ha ido incrementándose durante la última década, y Puigdemont ha sido puesto ahí (en el último momento) por todos ellos para conseguirla. Aún así, no te escribo para defender a Puigdemont ni mucho menos, sino para compartir contigo mi opinión acerca de por qué existe todo este movimiento social más allá de la figura del president. Y ahí va mi opinión.
            De toda la vida han existido algunos catalanes independentistas, gente que se sentía alejada de las instituciones españolas y quería dejar de formar parte de ellas para empezar un nuevo camino. Sus motivos tendrían, aunque parecía más bien el sueño utópico de unos pocos. Sin embargo, la inmensa mayoría de catalanes, desde la transición hasta hace no muchos años, no han sido abiertamente independentistas.
            No había ninguna necesidad de serlo. Esto no implica, sin embargo, que la gran mayoría de catalanes dejaran de sentirse catalanes, dejaran de amar su lengua, su cultura, su historia, su forma de ser. Sencillamente significa que todo esto no era visto como algo incompatible con el hecho de pertenecer a España, incluso al contrario, pertenecer a ella era algo muy enriquecedor. Y así ha sido durante décadas.
            Entonces, qué cambia en la última década para que gran parte de esta población vea ahora la necesidad de una nueva República? Los factores y hechos son muchos, aunque como en cualquier problema complejo, creo que se pueden reducir y simplificar bastante, llegando incluso a unos pocos. En mi experiencia personal (y imagino que en la de muchos) se simplifica, de hecho, a un sólo factor: el “ataque” a la inmersión lingüística y a l’escola catalana.
            Desde la transición, la inmersión lingüística ha funcionado perfectamente: ha servido como elemento de cohesión social, para no separar Catalunya entre “los catalanes” y “los españoles” en función de su lengua materna. En Catalunya, hoy en día y gracias a la inmersión lingüística, tienen las mismas posibilidades (sociales, laborales, etc) un andaluz, un iraní, un salvadoreño, un asturiano o un catalán. Todos ellos, después de pasar por l’escola catalana, son vistos como ciudadanos catalanes por igual, sin distinciones. Inés, conseguir esta integración es un existo indiscutible y lo sabes.
            Además de este elemento integrador, la inmersión lingüística ha servido para preservar y dar a la lengua catalana el status que merece en Catalunya, especialmente después de lo sufrido durante la dictadura. El catalán es la lengua propia del pueblo de Catalunya, y merece ser “discriminada positivamente” para conservarla.
            Es aquí, en Catalunya, donde hay que conservar el catalán. El castellano no necesita esa discriminación positiva, pues es la tercera lengua más hablada del planeta y no va a desaparecer. Incluso dentro de Catalunya el castellano sigue siendo la lengua materna de buena parte de sus habitantes, y además la propia inmersión lingüística garantiza niveles similares de todos sus alumnos en ambos idiomas, así que tampoco hay que sufrir porque el castellano “desaparezca” en Catalunya: no va a ocurrir.
            En resumen, la inmersión lingüística y el catalán son unos pequeños tesoros que la práctica totalidad de ciudadanos de Catalunya había querido conservar desde la transición. Y que a su vez, han servido para mantener la cohesión social desde la transición y, en mi opinión, han contribuido a que todos estos catalanes durante décadas no hayan sentido ninguna necesidad de no pertenecer a España.
            Sin embargo, Ciutadans nace hace aproximadamente una década, y uno de sus principales leitmotiv desde su inicio fue y es, precisamente, cambiar esta inmersión lingüística en Catalunya.
            Modificar l’escola catalana hasta conseguir que el catalán deje de ser la lengua vehicular de la escuela catalana, y pase a ser un 50-50 % por ejemplo. Podría parecer justo: estamos en una comunidad autónoma española, en la que son oficiales las dos lenguas (la propia de la región catalana y la propia del conjunto de España), así que puede parecer lógico que ninguna de ellas deba tener un peso mayor en la escuela.
            Pero qué ocurre? pues que la gran mayoría de catalanes, desde la transición y por todos los motivos que he expuesto más arriba, quieren continuar con esta inmersión lingüística, quieren continuar dando un trato de favor al catalán, y sobretodo quieren seguir teniendo una escuela que cree una sociedad sin divisiones, sin diferencias por lengua materna o lugar de origen, sin fracturas,una sociedad integradora.
            Y fue precisamente hace una década, justo cuando por parte de muchos catalanes se empezó a ver que peligraban la inmersión lingüística y l’escola catalana, que muchos empezamos a cambiar el chip, empezamos a creer que quizá, si por el hecho de estar en España teníamos que dejar de poder gestionar la educación a nuestra manera, nos salía más a cuenta separarnos. En mi caso personal, este fue el punto de inflexión para empezar a ver la independencia como algo deseable: empecé a ver que quizá sí había un motivo para no pertenecer a España.
            A partir de aquí, otros factores han seguido añadiendo más motivos (PP contra el Estatut, y un largo etc) pero sin duda alguna, ver peligrar l’escola catalana y la inmersión lingüística fue el factor decisivo para el cambio de chip en aquel momento, y imagino que lo mismo que me ocurrió a mí, le ocurrió a muchísima gente.
            En definitiva y para no extenderme más, en mi opinión Ciutadans generó hace una década el inicio de esta fractura social interna catalana cuando se empezó a querer separar a los ciudadanos catalanes en función de su idioma materno. Es algo que ni siquiera el PPC hacía en aquel entonces porqué conocían bien a la ciudadanía catalana (aunque pronto se sumaron al carro). Ciutadans puso la chispa que encendió la llama independentista, que por supuesto otros se han encargado de mantener bien viva hasta día de hoy, tanto el PP desde Madrid, como los propios partidos independentistas o el mismo Ciutadans desde Catalunya.
            Inés, no pretendo que compartas mi manera de verlo, pero sí espero que te haga reflexionar sobre qué puede haber detrás de toda esa gente que quiere la independencia de Catalunya (que no somos pocos). Lo fácil es culpar a los propios independentistas del hecho de serlo, y más aún culpar a su “cabeza visible”, pero lo difícil es tratar de entender las causas de por qué quieren serlo, y tratar de entender los posibles errores propios que uno mismo (en este caso tu partido) haya podido cometer para que entre todos lleguemos a esta situación.
            No pretendo tampoco que cambies tu manera de ver las cosas, ni que Ciutadans deje de luchar por una escuela donde castellano y catalán tengan el mismo peso. Quizá para vosotros es una causa muy justa y lo respeto. Sólo pretendo que seáis muy conscientes que quizá, por querer ser tan justos, se acaba rompiendo España y, lo más importante, la convivencia que había existido desde hacía décadas en Catalunya.
Saludos.

E.F.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Reflexiones de Mario Benedetti.( Sabios consejos de un hombre sabio) Si estás cerca (arriba o abajo) de los 60, tómate unos 10 minutos y léelo

El yugo y las flechas de la derecha

La lengua catalana