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Mostrando las entradas etiquetadas como Parlament

¿Puede Rajoy convocar elecciones en Cataluña?

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En Cataluña hay un Parlamento legalmente constituido a principios de año pero que no funciona. El 17 de enero se constituyó la Mesa de Gobierno, con Presidente incluido, pero desde entonces no ha conseguido dar el segundo paso habitual en estos casos: elegir un Presidente de Gobierno y, a renglón seguido, designar Gobierno. Hay mayoría independentista con tres grupos parlamentarios definidos bajo ese objetivo (Juntos x Cataluña, ERC y CUP) que suman 70 escaños (34+32+4) y que incluso podrían aspirar a alguno de los parlamentarios (8) del grupo de los Comunes. Pero es una mayoría dividida en un asunto central: el nombre del Presidente de Gobierno, que encierra el significado de asumir y validar los acontecimientos secesionistas de septiembre y octubre que los tribunales investigan como posible delito de rebelión, sedición y malversación. Los protagonistas (no todos) del embrollo, del llamado “procés”, cuando comparecen ante los jueces declaran que en octubre no hubo rebelión,

Camí cap a l’acord

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Per primer cop des de l’ajornament del debat d’investidura de Carles Puigdemont per part del president del Parlament, Roger Torrent, torna a respirar-se un cert optimisme entre les forces de la majoria independentista del Parlament. Les converses han estat constants per tal de reconstruir la complicitat al voltant de l’objectiu de formar el govern que respongui més fidelment al mandat de les eleccions del passat 21-D i que alhora pugui posar fi a l’aplicació de l’article 155 de la Constitució espanyola i, amb ell, al segrest de les institucions de govern catalanes. Tots dos objectius són igualment importants en termes de legitimitat democràtica i de pràctica política i les negociacions per assolir-los semblen ara ben encarrilades, si ens atenim al que transcendeix i al to de les declaracions.  Aquesta és una bona notícia, perquè Catalunya i els seus ciutadans mereixen un govern que respongui al mandat democràtic emès a les urnes i que atengui les urgències, les necessitats i

El punt de ruptura

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L'Estat espanyol viu en una situació d'excepcionalitat . Regeix la Constitució de 1978, però no regeix perquè està suspesa en una part territorial del país, Catalunya, gràcies a un article, el 155, una llei de plens poders i de dictadura de fet, encara que tingui el sarcasme de dir-se "dictadura constitucional" o, com tradueixen els obsequiosos mitjans de comunicació -pràcticament tots- de protecció de la Constitució. També està suspesa en la seva totalitat institucional, ja que s'aplica a tots els actes del govern i les institucions amb les que aquest es relacioni. Catalunya no es pot autogovernar per exclusiva voluntat de Rajoy. El Parlament tampoc legisla gràcies al mateix individu, que l'ha substituït personalment amb el beneplàcit de l'oposició PSOE, Ciutadans i, encara que vergonyosament, també Podemos. Els tribunals, el Suprem i el Constitucional secunden la política del govern i intenten disfressar amb argumentacions jurídiques les seves a

Sin voluntad de arreglo (Han entendido alguna vez algo?

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Los independentistas catalanes continúan erre que erre buceando en todas las trapisondas legales que encuentren en su empeño por desafiar al Estado de derecho. Entre tantos tejemanejes como vienen manejando para constituir a su medida la Mesa del Parlament y la elección del nuevo President, sin respeto a los informes de los expertos, no se ha vislumbrado ni un solo destello que ilumine la posibilidad de una negociación. Todo lo contrario: la oportunidad de nombrar un Govern dispuesto a normalizar la situación, la están despreciando. Todavía hay muchas cosas en el aire y la verdad es que el odio cerval entre las diferentes organizaciones y líderes secesionistas deja en el aire la incertidumbre sobre un futuro que la sociedad catalana necesita tranquilo, abierto al diálogo y capaz de devolver la confianza en las instituciones. Las piruetas mentales de Puigdemont en Bélgica intentando demostrar que la Ley debe ser distinta para él ni realmente sirven para nada y ofrecen una ima

¡¡Están horrorizados!!

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La elección de la Mesa del Parlament catalán, vista en directo, tiene de los nervios a la españolidad. Que el hermano de Pascual Maragall, presidente de edad de la sesión, no haya utilizado el castellano para nada, que los escaños de los encarcelados y exiliados hayan estado cubiertos por el símbolo amarillo, que el independentismo presida el Parlament catalán tras creer que las elecciones lo iban a cambiar todo, que hayan terminado con Els Segadors cantado por todos menos por Ciudadanos, que la antigua presidente Forcadell le haya entregado al nuevo president Roger Torrent la carta del último president en el exilio, les confunde y les irrita porque nunca han entendido nada y además, no quieren entender nada. Y no saben qué hacer más que apelar a la fuerza. Y es que se parte de la base de que España es Madrid y que es además castellana y que eso de las naciones, idiomas cooficiales y personalidad e identidad propia solo debe llegar al nivel de los “coros y danzas” del franquismo y

República Catalana por el Prof. Ramon Ramón Cotarelo

A pesar de los desesperados intentos de filibusterismo de la oposición y del tono nerviosos, crispado, a veces histérico, de sus intervenciones el Parlament acaba de materializar la decisión mayoritaria del pueblo en el referéndum del 1/10 en forma de República Catalana. Doy fe. Estaba allí y he asistido al nacimiento de un nuevo Estado en E uropa, a la realización de un sueño de generaciones y generaciones de catalanes, a la reparación de una injusticia de siglos, a una promesa de futuro para todos, catalanes, españoles, europeos. Una república que no nace contra nadie, sino a favor de la paz, de la libertad, la justicia, la solidaridad y la sororidad. Ningún Borbón -ni no Borbón- tuvo el detalle de derogar los Decretos de Nueva Planta. Ni el Preparao que hoy debe estar haciendo las maletas. Después de más de 300 años tratada como tierra conquistada, Cataluña ha decidido recuperar su libertad. Su plena libertad. Con razón el monarca, la oligarquía nacional-católica, la derecha de t

La equidistancia silenciosa

Equidistantes y federalistas han tenido siete años, y qué años, para hacer una propuesta y no han hecho nada. Nada España ha perdido Cataluña, lo único que falta es el certificado. Queda la fuerza, quedan los tribunales y las prohibiciones, los registros y las sanciones, queda todo lo que aprieta y junta pero no une. Una gran parte de Cataluña ya no se siente española, ha desconectado emocional y simbólicamente de España. Es algo que gobierno, partidos e instituciones españolas deberían intentar comprender. Si pueden. Sería el primer paso para aceptar que las políticas que se han seguido los últimos años no han hecho más que agravar problemas de encaje y convivencia que nunca se han afrontado. La diversidad nacional conlleva diversidad cultural, social y económica, diversidades que en España dan pavor. No a todo el mundo, cierto, pero quienes dicen no tener miedo de esa diversidad, después de 40 años de democracia no han podido ni gobernar, ni influir en sus partidos, ni han conseguido

CRÒNICA GARROTUÍTICA D’UNA LLARGA DIADA AL PARLAMENT

«Són tot just les vuit tocades i, al Parc de la Ciutadella, diputats i diputades ja esperen que arribi ella. La noia no es fa pregar. És na Carme Forcadell, que no ha pogut ni esmorzar perquè ve de Sabadell. Just comença el ple ordinari i segueix la seva via, quan algú creu necessari alterar l’ordre del dia. Marta Rovira diu: “ei, no podríem aprovar avui també una altra llei: la que ens permetrà votar?” Comencen les esbroncades. Mare meva, quin merder! I s’arramba l’Arrimadas al pal del seu galliner. Vaig sentint l’extrema dreta arengant la clientela. “Que no, Aulet, que aquest que ho peta no veus que és en Coscubiela?” Les minories, pobret, diu que s’han de preservar, però a en Fachín i a en Nuet no me’ls deixa ni parlar. Ai carai d’oposició! Tan pendent del legalisme, ho allarga com més millor. Va fent filibusterisme. Oh Senyor, quin trist retaule! Som davant d’un cas insòlit. “Qui demana la paraula?” La Forcadell va de bòlit! És que, nois, no hi ha manera: no volen pas disc