La foto prohibida
Quiero recoger una carta al director remitida a la Vanguardia por D.Juan Carlos Iglesias de Ourense.
La foto prohibida
Podemos imaginar que un día las niñas dijeron: preferimos comprar nuestra propia ropa. Los padres accedieron.En eso consiste el trabajo de los padres: confiar en los hijos para que ellos lleguen a confiar en si mismos.
Resultó que las niñas compraron ropa "no estándar". Esto no era lo que los padres esperaban.Pero era la ropa que a sus hijas les gustaba, la que libremente decidieron comprar.Si ellas tenían ya esa responsabilidad,¿a quien más tenian que rendir cuentas?.Después de la sorpresa apuesto a que esos padres se sintieron orgullosos; como se sentiria cualquier padre amante de su hijo cuando este, lejos de esconder su diferencia, un dia coge fuerza y sale fuera y se expone al mundo sin carencias y sin trampas.
De esto saben mucho los padres que un día oyen "soy homosexual".Se sorprenden por un instante, pero sino se dejan arrastrar por el atavismo de la homofobia,contestan:"vale" y siguen leyendo el diario.
Ser diferente no es malo ni bueno,no hay que juzgarlo,como nadie juzga a todos aquellos que son iguales y piensan lo mismo,o simplemente el problema que tienen es que no se atreven a ser quien son,y prefieren esconder sus diferencias en el armario.No confian en si mismos,quizás sus padres tampoco lo hicieron.
Por todo esto admiro a los padres que allá donde van llevan con orgullo a sus hijos a su lado, sean punkies, góticos o acróbatas de circo.
Mi admiración sería aún mayor si no se inmutasen porque la foto de la familía al completo salga en los periódicos.Porque,aunque la gran mayoria de los lectores dijera:vale,lo cierto es que el ruido de los ladridos de los que no pasan página puede llegar a ser tan, tan ensordecedor, que finalmente esos padres opten por intentar proteger a su prole impidiendo que su diferencia quede expuesta, menospreciando así la fuerza y las convicciones de sus seres queridos.Ellos merecen más.
La foto prohibida
Podemos imaginar que un día las niñas dijeron: preferimos comprar nuestra propia ropa. Los padres accedieron.En eso consiste el trabajo de los padres: confiar en los hijos para que ellos lleguen a confiar en si mismos.
Resultó que las niñas compraron ropa "no estándar". Esto no era lo que los padres esperaban.Pero era la ropa que a sus hijas les gustaba, la que libremente decidieron comprar.Si ellas tenían ya esa responsabilidad,¿a quien más tenian que rendir cuentas?.Después de la sorpresa apuesto a que esos padres se sintieron orgullosos; como se sentiria cualquier padre amante de su hijo cuando este, lejos de esconder su diferencia, un dia coge fuerza y sale fuera y se expone al mundo sin carencias y sin trampas.
De esto saben mucho los padres que un día oyen "soy homosexual".Se sorprenden por un instante, pero sino se dejan arrastrar por el atavismo de la homofobia,contestan:"vale" y siguen leyendo el diario.
Ser diferente no es malo ni bueno,no hay que juzgarlo,como nadie juzga a todos aquellos que son iguales y piensan lo mismo,o simplemente el problema que tienen es que no se atreven a ser quien son,y prefieren esconder sus diferencias en el armario.No confian en si mismos,quizás sus padres tampoco lo hicieron.
Por todo esto admiro a los padres que allá donde van llevan con orgullo a sus hijos a su lado, sean punkies, góticos o acróbatas de circo.
Mi admiración sería aún mayor si no se inmutasen porque la foto de la familía al completo salga en los periódicos.Porque,aunque la gran mayoria de los lectores dijera:vale,lo cierto es que el ruido de los ladridos de los que no pasan página puede llegar a ser tan, tan ensordecedor, que finalmente esos padres opten por intentar proteger a su prole impidiendo que su diferencia quede expuesta, menospreciando así la fuerza y las convicciones de sus seres queridos.Ellos merecen más.
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