Sacar a una momia, no acabará con el Franquismo
La noticia de que el Gobierno de Sánchez tiene la intención de
exhumar los restos del dictador genocida de un lugar público, sufragado con
fondos públicos y donde se le venera como a un “héroe patrio” para humillación
de las miles de las víctimas del Franquismo y como ofensa a la inteligencia ha
desatado una serie de reacciones y situaciones que no se nos deben pasar por
alto para ser conscientes del país en el que vivimos.
Por un lado, podemos ver la impunidad con la que franquistas de
primera y de última hora salen de sus escondrijos mostrando sin rubor “su
malestar”.
Humanamente, me sigue
pareciendo repugnante que, conociendo la tragedia que se ha vivido en este
país, haya gente con tan poca ética como para defender a un genocida y más que
lo hagan con esa impunidad, con la impunidad que concede un país en el que no
es delito la apología del fascismo.
Por otro lado, no puedo
comprender a algunos medios de comunicación, especialmente televisiones, que
reiteradamente les dan voz a miembros de la Fundación Francisco Franco, o a
personajes que presumen de franquistas que con sus mensajes van mucho más
allá de blanquear el franquismo y llegan a la absurda mentira de decir que
Franco no es responsable de ningún fusilamiento…
¿Realmente es necesaria
esa tromba televisiva de este tipo de personajes que amparados en que la
apología del fascismo no es un delito en este país, cuelan sus indignantes
mensajes?
No hay que ser un experto en historia para conocer la trágica
dimensión del genocidio franquista.
Cito un fragmento de una
entrevista que el periodista Juan Miguel Baquero le hizo al catedrático de
Historia de la Universidad de Sevilla, Leandro Álvarez Rey que se publicó en
Eldiario.es el pasado abril.
“¿Cuántos
desaparecidos provocó la dictadura de Pinochet? ¿Y la de Videla? […] pues
fueron unos 3.000 en Chile y unos 30.000 en Argentina. Y en Andalucía, en los
primeros meses de la guerra civil, el número de asesinatos políticos fue el
doble que en 17 años de una dictadura como la argentina y de 20 veces más que en
los casi 20 años de la chilena”. Estamos hablando entonces, de unas
60.000 personas asesinadas en Andalucía en los primeros meses de la Guerra
Civil.”
En Galicia, según los datos del Proxecto Interuniversitario Nomes
e Voces, donde hay que tener en cuenta que la guerra duró solo unos pocos días,
entre 1936 y 1939 fueron asesinadas 4.699 personas; de ellas 3.233 fueron
“paseadas” y 1.466, fusiladas tras un proceso que los condenó a sentencia a
muerte.
Son dos simples ejemplos, dos simples ejemplos nada más.., sabemos
que hay muchos más.
Bien, yo cuando en televisión escucho a esos personajillos
franquistas que sueltan sus burlas y sus mentiras, me indigno recordando a
todas esas personas fusiladas…
Es triste la impunidad con
la que se humilla a las víctimas del franquismo.
Por todo esto, pienso que si se llegan a exhumar los restos del
dictador genocida, ni mucho menos con ese gesto estaremos enterrando al
franquismo, nos queda mucho por evolucionar y por avanzar en democracia.
Esta semana podíamos leer en la prensa la suspensión de dos
policías alemanes por hacer el saludo nazi.
Esta sanción es
consecuencia de que en Alemania está totalmente prohibida cualquier exhibición
de simbología fascista.
En cambio, aquí hordas
franquistas hacen el saludo fascista y exhiben simbología franquista libremente
en el Valle de los Caídos o donde les plazca, o la “señora más fascista de
España” nos enseña hasta su gato en alguna televisión, mientras que se persigue
a raperos por injurias a la Corona o a actores por la denuncia de una
asociación de abogados ultracatólicos por “cagarse en Dios”.
Y así va este país.
Democracia, le llaman.
El franquismo vive instalado en una tolerancia social y
gubernamental que son incompatibles con una democracia homologable.
Un gobierno con voluntad
democratizadora tendría mucho trabajo para llevarnos a un Estado verdaderamente
democrático.
Empezando por una
incuestionable Monarquía de designación franquista que ¿Por qué es
incuestionable?
¿Por qué desde el Estado
es imposible valorar la posibilidad de darle al pueblo la oportunidad que no ha
tenido en 43 años de supuesta democracia de poder elegir vivir en una República
y con ello subsanar una de las trampas de la “modélica Transición”?
Que este asunto siga
siendo intocable dice mucho de la calidad democrática de este país, por eso hay
que seguir insistiendo en ello.
Y no esperemos nada del Gobierno del Sr. Sánchez, él y su partido,
uno más del bloque del régimen del 78, ya han demostrado que su postura es que
la monarquía es intocable e incuestionable.
Esta misma semana el PSOE, junto al PP y Cs,
ha votado en contra de investigar en el Congreso la legalidad de la fortuna del
rey emérito.
Pero, sin llegar a algo del calado de cuestionarse el tipo de
Estado, aun otras manifestaciones del franquismo siguen pendientes, como que el
torturador franquista Antonio González Pacheco, Billy el Niño sigue
disfrutando de sus cuatro medallas pensionadas; la Fundación Francisco Franco
sigue siendo legal; la nieta de Franco sigue ostentando el Ducado de Franco o que
la Iglesia sigue disfrutando de privilegios heredados del franquismo
impensables en un país aconfesional.
Por todo esto, con exhumar una momia, no haremos desaparecer los
fantasmas del franquismo…
Viñeta Eneko
Artículo de Caracola
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