Hoy he tenido el honor de dedicarle estas palabras al Presidente Companys en el lugar exacto y a la hora de su asesinato
Querido Lluis, estimado y muy honorable Presidente
Companys:
Han
pasado 78 años de tu asesinato.
Tú, que pasaste tu vida entregando tu tiempo, tu energía,
tu saber a la defensa de las causas más nobles y justas. Tú, que naciste entre
abundancia y elegiste un camino lleno de dificultades y obstáculos. Tú que
jamás fuiste sectario ni egoísta.
Entendiste
que la República era la causa más justa para defender la igualdad de
oportunidades.
Sobre todo de quienes nunca tuvieron ninguna.
Defendiste cada día de tu vida la honestidad de aquellos
que son capaces de dar la cara hasta el final. Y la diste. Por Cataluña, pero
por encima de todo y de todos, por la democracia y la justicia social.
Amante de la vida. De vivirla plena, de ser consciente
del compromiso que uno adquiere cuando ama.
Porque amar es responsabilizarse: de una tierra, de su
pueblo, de su lengua, de su cultura y tradiciones.
Quisiera
poder decirte que estamos más cerca de la República que sembraste.
Esa que has regado con tu sangre y con la de tantos
cientos de miles que, aún hoy, querido Lluis, no han podido ser llorados por
sus familias en un lugar cierto.
Que todavía, casi ochenta años después, seguimos pidiendo
que sean identificados; porque aún, Presidente, España no ha sido capaz de
avergonzarse si quiera de las atrocidades cometidas.
El
Congreso de los Diputados ha declarado nula la infame sentencia que te condenó
a morir asesinado. No se atrevieron a declararla ilegal.
Como no se atreven a ser dignos y mirarse al espejo. 78
años después España reconoce que tu asesinato, el único que ha tenido lugar
arrastrando hasta aquí a un Presidente legítimo a manos de fascistas, no debería
haber tenido lugar jamás.
Y lo han aprobado mientras se repite la historia de
nuevo.
Cuando los principales referentes políticos y sociales
del soberanismo catalán se encuentran en prisión y en el exilio: algunos de
ellos cumplirán en los próximos días un año sin libertad, y sin juicios y sin
pruebas que demuestren su culpabilidad.
Como ves, en casi ochenta años no han cambiado las cosas
tanto: persecución, represión y causas absolutamente delirantes para quienes
han tenido la coherencia de defender para el pueblo el derecho a votar sobre su
propio gobierno.
Así estamos, querido presidente, casi un siglo después.
Cada
vez son más las personas comprometidas con los principios Republicanos.
Cada vez somos más los que abrazamos al pueblo soberano
catalán y nos sumamos a esta causa tan noble y justa como es la justicia, la
democracia y la defensa de la libertad.
Nos mantenemos pacíficos, Presidente.
A pesar de que los de siempre quieran hacer creer una
realidad que, de tanto retorcerla ya no hay por donde cogerla.
Resurge
una derecha de puro corte fascista que en verdad nunca dejó de ser.
Son hoy los herederos de tus verdugos los que siguen
pasando por sus tribunales a todo aquel que quiera plantearles la alternativa.
Pretenden silenciarnos, empobrecernos, alimentarnos a
base de miedo. Ya conoces bien lo capaces que son de todo: de mentir, de odiar
y de pasar por encima de lo que para algunos es prácticamente sagrado.
No todo es negativo, compañero. Hoy nos conjuramos para,
un año más, seguir recordando y manteniéndote vivo a través de tu lucha, que es
la nuestra.
La defensa de la dignidad de quienes no soportan vivir en
un lugar que humilla, persigue, reprime y señala. Y desde que tú faltas, cada
día somos más. Y seremos más.
Es
preocupante ver cómo se repite la historia.
Cómo, a pesar de dar la apariencia de evolución, se
siguen persiguiendo las maneras de pensar y sentir de personas pacíficas. De
gentes que defienden proyectos para una convivencia fundamentada en el respeto,
el crecimiento colectivo sustentado en principios de ética y responsabilidad.
Cómo amar a la vida nos sigue saliendo caro.
Son
vidas como la tuya las que hoy nos inspiran.
Son asesinatos como el tuyo los que nos hacen
contextualizar para no olvidar dónde y frente a quienes estamos.
Tu nombre dignifica la Historia.
Es
la República, el Derecho a la libertad la que nos une y nos hará más fuertes.
Deseando
que el próximo año puedan dedicarte estas palabras quienes hoy se encuentran
Sin libertad, hoy yo vengo a darte las gracias.
Como española y castellana. Por tu trabajo y generosidad
en la Defensa de la República de España.
Que vuelve a estar cerca. Por tu compromiso ante la
defensa de unos valores que iban a peligrar. Y vaya si lo hicieron.
Todavía luchamos para recuperarlos, si es que algún día
conseguimos hacerlos nuestros.
Honorable
Presidente, querido compañero, aquí seguimos defendiendo los mismos valores y
principios por los que te segaron la vida.
Por la tuya y la de tantos otros; por la de nuestros
hijos.
Trabajaremos por mantenernos unidos para hacer florecer
una República que haga de los pueblos y sus gentes una garantía de libertad.
Hoy
más que nunca: viva la libertad, viva la vida. Visca la República!
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