Resistir
Recupero mi libro de cabecera desde hace unas semanas: «Resistir».
Cuando tengo dudas sobre si Pedro Sánchez tiene que
convocar elecciones o resistir hasta 2027 lo repaso. Abro el libro por
cualquier página y me encuentro párrafos como este: «Con la extrema derecha no se juega, no se la ‘pone a prueba’ por
curiosidad o por despecho; es preciso combatirla en todas partes y todo el
tiempo en nombre de un ideal: la democracia. Sacrificar los valores de
tolerancia y de respeto en el altar del miedo supondría traicionar este valioso
legado».
La autora de «Resistir» es Salomé Saqué. Es francesa y
dedica buena parte del libro al peligro que representa la extrema derecha para
su país pero también amplía su enfoque al resto del mundo donde los ultras se
van abriendo camino. Y lo que explica se puede aplicar perfectamente en nuestro
país.
Acabo de ver cómo la jerarquía eclesiástica se ha sumado a
la campaña para cargarse el gobierno progresista y el presidente de la
Conferencia Episcopal Española, el arzobispo de Valladolid Luis Argüello, ha
pedido que la derecha presente una moción de censura o que Sánchez convoque
elecciones.
No es la primera vez que lo
pide. A la cúpula eclesial española le molesta un gobierno que apuesta por la
separación de poderes y el respeto por todas las creencias religiosas.
Es la iglesia que está detrás de Abogados Cristianos o la
que aplaude cuando Vox instala un pesebre en la plaza Sant Jaume, en Barcelona.
La que paga cadenas televisivas como 13TV que alterna misas con tertulias
atiborradas de insultos contra el gobierno progresista y los partidos que le
apoyan.
Me entran unas ganas de resistir que no me las puedo quitar
de encima.
Y tenemos que resistir no sólo
por nosotros, por los catalanes, por los españoles.
Debemos resistir como referencia de los progresistas
europeos que ven a Pedro Sánchez como un eslabón valiente del combate contra la
soberbia de Donald Trump, la violencia invasora de Vladimir Putin o la
actuación genocida de Benjamin Netanyahu.
La ultraderecha quiere repetir
la maniobra que descabalgó a Lula da Silva de la presidencia de Brasil o a
Antonio Costa de la presidencia del gobierno de Portugal.
Con ambos se salieron con la
suya.
Portugal ahora está en manos de la derecha y la
ultraderecha y los socialistas tardarán en volver al gobierno, si es que lo
consiguen. Lula, en cambio, resucitó y ha vuelto a la presidencia brasileña.
Los poderosos, los billonarios
lo tienen claro. Compran medios y voluntades con su dinero.
A la ciudadanía le cuesta encontrar ya medios de comunicación
que no estén en las manos de los potentados. A los que les molestan les
bombardean con querellas y denuncias reclamando compensaciones carísimas para
hacerles callar.
Saqué termina «Resistir»
así: «Imaginemos una conversación con las
generaciones futuras. ¿Qué les diremos? ¿Habremos estado a la altura del
desafío al que hoy nos enfrentamos? ¿Habremos preservado esta frágil llama que
es la democracia para poder transmitírsela, más viva todavía? Hoy apuesto a que
sí. Porque habremos sabido resistir juntos».
¿De qué lado estás tú?
Siscu Baiges

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