El cambio del modelo económico


             Desde hace tiempo, existe el consenso en todos los estamentos político-del país en la necesidad del cambio en el modelo de la economía española. Durante décadas, el modelo español ha estado basado en bajos costes de la mano de obra que permitían una competitividad de precios en los mercados internacionales.

            Con la aparición de nuevos actores en los mercados internacionales, el modelo basado en el bajo costo de mano de obra ha demostrado estar agotado y sin margen de mejora. Paralelamente, con la aparición de la crisis en 2007, el nivel de parados llegó a situarse cerca de los 5 millones de personas. Con el fin de resolver esta lacra, el Gobierno puso en funcionamiento una reforma laboral encaminada a flexibilizar el mercado de trabajo e intentar reducir estos niveles insostenibles de desempleo.

            En los dos últimos años, el número de parados se ha reducido en casi cerca de 750.000 personas. Puede parecer que es un gran éxito de la política económica del Gobierno, pero este hecho esconde una serie de particularidades que se deben tener en cuenta.

            En primer lugar, el crecimiento económico de la primera parte de la década de los 2000 se basaba en la emigración que, además de incrementar la oferta de mano de obra, incrementaba el nivel de consumo del país. A partir del año 2007, este flujo de personas se reduce hasta llegar en los dos últimos años a tener tasas negativas (retorno neto de personas a sus países de origen).

            En segundo lugar, se produce una emigración de mano de obra cualificada hacia países de nuestro entorno por una falta de oportunidades laborales y un diferencial de retribuciones importante con otros países. Todos estos profesionales están bien considerados en el extranjero gracias al buen nivel general del sistema educativo español. Un buen número de universidades de España están situadas entre las mejores de Europa.

            Algunos eruditos del tema sostienen que este hecho es positivo, ya que la experiencia que se adquiera en el extranjero será positiva cuando estos profesionales vuelvan a España.

            Y es aquí donde me asaltan las dudas. Realmente tendrán necesidad de volver? Permitidme que lo dude.

            Y con ello, enlazo con el primer párrafo. Como podrá un país evolucionar hacia un desarrollo de un nuevo modelo económico si se produce una fuga de talento tan importante?

            Para que esto ocurra, se deben producir políticas efectivas de retención de este talento.

            Políticas de apoyo real y eficaz a la investigación, el desarrollo y la internacionalización en las empresas (hasta el momento, sólo han sido palabras grandilocuentes en discursos de los políticos). 

Si no se dan las condiciones para generar un tejido industrial potente, sólo nos quedará el turismo como industria puntera y no sé si "habrá suficiente sol para poder calentar y mantener todo el sistema económico".

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