Lo entiendes????
Para empezar, ¿quién ha dicho que esto que tenemos en España, desde 1978, es una Democracia? No debe saber el “sabio” de FAES que en nuestro país la soberanía nacional no reside en el Parlamento -el Congreso de los Diputados y el inútil Senado, dotado de traducción simultánea entre españoles- sino en la máxima dirección y aparato de los dos grandes partidos políticos, PSOE y PP, que hacen las listas cerradas y dan en el Parlamento las instrucciones de voto a todos sus diputados, alzando el portavoz la mano para indicar el sentido del voto -afirmativo, negativo o abstención- lo que constituye de por sí un “mandato imperativo” que prohíbe la Constitución, que se transmite a unos diputados -en muchos casos sin la menor entidad o preparación- que en la mayoría de los casos no saben lo que votan. Los mismos a los que el reglamento de la Cámara “inviolable” -en días de manifestación- no les permite que hablen libremente en cualquier debate y menos en contra del líder de su mayoría, o que polemicen entre si los partidos de la oposición (sólo un minuto y por alusiones) como, por ejemplo, ocurre en Francia, Gran Bretaña, o EEUU, por citar tres democracias de verdad. En las que sus ciudadanos eligen directamente a sus gobernantes y representantes mientras los españoles no elegimos a nadie de semejante manera: ni al jefe del Estado, el presidente del Gobierno, los diputados, los presidentes autonómicos, los alcaldes, concejales, etc. De todo ello se encargan los jefes de los partidos, ‘secuestradores’ -habilitados por la Constitución- de la soberanía nacional.
Esto, es sólo una partitocracia, hija menor de una Democracia, que nos fue impuesta por alemanes, franceses, ingleses y norteamericanos tras la muerte de Franco, con el mismo argumento que se utilizó tras la II Guerra Mundial para imponer unos modelos con corsés “parlamentarios” en los países del sur de Europa (los hoy llamados “cerditos”): los países mediterráneos no pueden disfrutar de un sistema presidencialista de elección directa por sufragio universal o parlamentario ‘mayoritario’ porque en su cultura e idiosincracia crecen con suma facilidad los populismos extremos -como los que ahora se agitan a derecha e izquierda- que podrían llevarlos por derroteros fascistas, peronistas, caciquiles, personalistas, etcétera.
Además, en España, la Constitución de 1978 se aprobó sin un periodo y elecciones constituyentes -como las que, por ejemplo, celebró Mandela en Suráfrica-, sino por los “siete magníficos” ocultos en una sala donde redactaron un texto de mínimos para la reconciliación nacional -lo que no era poco- y las libertades y algunas simulaciones que incluían el vigente sistema partitocrático proporcional español que incluye carencias flagrantes como: la no separación de poderes del Estado -sólo hay separación de las funciones de dichos poderes-, y la ausencia de controles democráticos de los gobernantes, lo que nos ha llevado al gran pantano de la corrupción que sigue dando vueltas por ahí. Y todo ello con una ley electoral poco representativa y proporcional y una obscena connivencia entre las alturas del poder político y de los poderes económicos y financieros, en eso que llamamos, benévolamente, “los caballeros de la cama redonda”. Un club que parece estar al margen de la ley. ¿Quieres nombres y datos? He aquí uno: Isabel Pantoja tiene razón cuando denuncia que la Justicia no le da el mismo trato que a la Infanta Cristina, como bien sabe el fiscal general del Estado (véase, entre otros, el artículo 122 del Código Penal).
Entonces ¿de qué Democracia estamos hablando? Cuando además los poderes públicos carecen de la menor ejemplaridad y se escapan de los más elementales preceptos de la Justicia. ¿Acaso el gobierno de Rajoy no indultó en diciembre a dos delincuentes de Unió que fueron condenados por corrupción en el Tribunal Supremo, y otro alcalde del PP? ¿Qué acaba decir The New York Times sobre la fortuna del Rey? ¿No indultó Zapatero a banqueros e hizo la vista gorda sobre el fraude, mil millonario fiscal, de otros banqueros? ¿Qué broma es esa de la amnistía fiscal de los defraudadores? ¿Por qué no se aplica la ley, las sentencias del Tribunal Supremo y la Constitución en el uso de la lengua castellana en Cataluña? ¿Qué pasa con las corrupciones de “los países catalanes” como las del Palau en Cataluña, Gürtel en Valencia y Palma Arena en las Islas Baleares? ¿Y donde están la Fiscalía del Estado y los responsables de la gran estafa de los bancos y las cajas de ahorro -Rato sigue al frente de Caja Madrid- que nos han llevado a la ruina española del rescate de la banca? ¿De qué Democracia o de qué imperio de la ley estamos hablando?
“El malestar colectivo” de España tiene sus orígenes en unas malas reglas del juego democrático español y es responsabilidad directa de los malos, corruptos y poco representativos gobernantes y dirigentes políticos de este país, y no de los ‘perro flautas’ o agitadores del 15-M, o del 25-S, que son unos pardillos que no saben de la misa española la mitad. En España y en algunas cruciales situaciones estamos a mitad de camino entre la promiscua “autocracia” de los poderes político y económico y la ‘corrupción ambiental’ del Estado.
La ‘antipolítica’ que crece en España es un sentimiento intuitivo contra una clase dirigente y gobernante de la que los ‘rebeldes’ y los manifestantes no conocen apenas nada, porque el régimen de “los caballeros de la cama redonda” controla todos los grandes medios, también partitocráticos, de comunicación (menos mal que existe Internet) para que no se sepa la verdad de esta presunta “Democracia” a la española donde: falla la libertad política; está bajo mínimos la libertad de expresión; falta la representatividad y la capacidad de elegir en directo a gobernantes y representantes; no existe la independencia de la Justicia; ni separación de los poderes del Estado sino una burda acumulación del que gobierna; ni los controles democráticos (de los poderes Legislativo, Judicial y los medios) al poder Ejecutivo, y a esos otros poderes económicos y financieros, o también los fácticos externos, como el Vaticano, o los EEUU, muy presentes en el caso español. Otro ejemplo: pero, ¿qué broma es esa del ‘escudo anti misiles’ en Rota sin pasar por el Parlamento? ¿Imagina alguien semejante atropello en Francia?
Querido Jordi , que no son elucubraciones, ni citas de sabios pensadores liberales de otro tiempo, sino hechos palpables que marcan y condicionan la verdad y la realidad de este país. Los que están en el origen de este final patético de la transición y de esta nueva decadencia y ruina española que ha sumido en la desesperanza y el desconcierto a una gran mayoría silenciosa o ruidosa de nuestra Sociedad. Los que fallan en España son los pilares o puntales de la Democracia, no seleccionados como se debió de hacer, ni definidos ni delimitados en la Constitución, lo que permite la “barra libre” de la acumulación de poderes sin control y su interpretación partidaria e interesada por los gobernantes y dirigentes políticos hasta llevarnos a esta dramática situación. La que la crisis financiera internacional y económica nacional han dejando a la intemperie y a la vista de todos.
Aunque todavía son pocos los españoles que conocen el verdadero alcance y la gravedad de la situación. La que algunos intuyen y por ello, y por lo que les afecta directamente la crisis, se empiezan a manifestar. Y lo sorprendente no es que los intelectuales no se denuncien, las ‘asambleas’ de los ciudadanos. Lo asombroso es que los pretendidos ‘intelectuales’ del ‘régimen’ agotado de la transición, no denuncien la podredumbre de todo esto mientras se columpian alegremente en las poltronas del variopinto poder.
Si nunca debatió ni se investigó el golpe de Estado del 23-F, o los crímenes del GAL, o la corrupción de todos los partidos, pues esto de la pretendida ruptura de España tampoco se debatirá en las Cortes. Esto se reserva para los altos salones secretos de poder político y económico español. ¿Se imagina, semejante complicidad y escandaloso silencio en el Congreso USA, la Asamblea francesa o la Cámara de los Comunes? De qué Democracia hablamos. ¡Ah, los liberales! Bonito “apellido” para evitar asumir el verdadero ‘rostro’ partitocrático, hasta el tuétano, y conservador del PP, sin denunciar la muy escasa democracia española ni asumir la menor responsabilidad.
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